jueves, 20 de agosto de 2015

VISITA A VALENCIA DE UN DÍA

Otra visita del verano fue a Valencia. A pesar del calor fue un día nublado, por lo que se aguantaba mejor.


Llegamos a la Plaza del Ayuntamiento, donde tuvimos la suerte de aparcar. Es de forma triangular y a un lado tiene unos puestos de flores. En ella se monta la falla principal en las fiestas.

Edificios de principios del siglo XX, entre ellos Correos.


El Ayuntamiento es de estilo barroco monumental. Esta constituido por dos cuerpos unificados, el primero de estilo académico con elementos barrocos en las puertas principales. El construido en el siglo XX combina casticismo con elementos manieristas.


En el centro de la fachada principal hay una torre con un reloj, también destacan dos torres cubiertas con teja vidriada y el gran balcón del piso principal.


En la Avenida de María Cristina, en una pequeña plaza, está la escultura en bronce al escritor valenciano Blasco Ibañez. es obra del escultor, también valenciano Nassio Bayarri Lluch.

Lo siguiente que nos encontramos es el Mercado Central, gran edificio modernista, con su precioso zócalo de azulejos de flores.


Como hay mercado los puestos del exterior hacen imposible verlo.


Enfrente se encuentra la famosa Lonja de la Seda, uno de los edificios más característicos de la ciudad, además de ser uno de más famosos monumentos del gótico civil de Europa.


Comenzó a construirse en 1483 por iniciativa del Consell General de la Ciutat. Consta de tres partes, Sala de Contratación o salón columnario, dedicada a las transacciones mercantiles y en la que se instaló la "Taula de Canvis", banco municipal creado en 1407.


El Torreón, con tres plantas comunicadas por una escalera de caracol. Y por último el Pabellón del Consulado del Mar, de estilo renacentista, con un artesonado del siglo XV.



En la parte alta de la fachada que da a la Plaza del Mercado, es de destacar la galería corrida de arcos y los cuarenta medallones que representan emperadores romanos y personajes ilustres de época renacentista.


Después de callejear por calles y plazas nos encontramos con la iglesia de Santa Catalina,  una de las más antiguas de Valencia, levantada sobre una antigua mezquita. Gran parte del edificio fue reconstruido en el siglo XVI después de un incendio.


Su torre campanario es de estilo barroco, siglo XVII. No hay perspectiva en la calle para ver su altura.

Es de planta exagonal con cinco alturas, rematada por un templete y una pequeña cúpula.


De aquí a la Plaza de la Reina una de las más bulliciosa y concurridas, en ella se encuentra la puerta barroca de la Catedral y también su campanario, el famoso Miguelete.


Es de planta octogonal y con su parte superior rematada con gabletes profusamente decorados.
Antes de continuar la marcha, nos sentamos en una de sus cafeterías para descansar y tomar un refresco. Tengo que decir que es la primera vez que me dan un código, con el tique, para poder entrar en el servicio.


Continuamos por un lateral de la Catedral para llegar a la Plaza de la Virgen. Es la heredera del antiguo foro romano. En ella se encuentran tres edificios emblemáticos: la Catedral de Santa María, la Basílica de la Virgen de los Desamparados y el Palacio de la Generalidad.


En ella está la gran Fuente del Turia, representación alegórica del río. Tiene ocho figuras femeninas que representan las ocho acequias principales que riegan la vega valenciana.

También vemos la casa donde se reune el Tribunal de las Aguas, frente a la puerta de los Apóstoles de la Catedral.












Seguimos paseando, con la sorpresa de encontrar en una de sus calles un escaparate que muestra las moscovitas de Rialto, la gran especialidad de la emblemática confitería ovetense.


Volvemos a la Plaza del Ayuntamiento donde vamos a comer y descansar un poco para continuar el recorrido.


Antes de coger el coche vemos la Estación del Norte, gran edificio modernista inaugurado en 1917.

La fachada tiene ciertos elementos que recuerdan a la Lonja. Destaca la gran calidad de mosaicos, la forja y la profusión de cerámica con vistosos colores.


A su derecha se encuentra la Plaza de Toros, edificio neoclásico con cuatro plantas porticadas.
Ya nos dirigimos a la Ciudad de las Artes y las Ciencias conjunto único dedicado a la divulgación científica y cultural, compuesto de seis grandes elementos:


El Hemisfèric, la sala de cine más grande de España. Un estanque de 24.000 metros cuadrados rodea la estructura.
El Oceanografic, el mayor acuario de Europa, con diferentes edificios que albergan representaciones de los ecosistemas más importantes del planeta.


El Museo de las Ciencias, el gran museo del siglo XXI. Alberga multitud de actividades relacionadas con la evolución de la vida y la divulgación tecnológica y científica.


El Palacio de las Artes Reina Sofia, construido por Santiago Calatrava, es uno de los referentes mundiales para los más prestigiosos circuitos teatrales, operísticos y musicales.


El Ágora la gran plaza cubierta y el Puente Assut de l´Or, puente atirantado que cruza el Jardín del Turia, son de Santiago Calatrava.


Realizamos el viaje en el tren turístico para conocer el circuito de la Ciudad de las Artes y las Ciencias, antiguo cauce del río Turia.


Pudimos ver el Palau de la Música, en donde se realizan grandes eventos musicales.


Llama la atención el Puente de las Flores, dependiendo de la época del año se verán distintas especies de flores.


También se pasa por el parque Gulliver, basado en el cuento. Está representada la figura del gigante tendido en el suelo, formando con su cuerpo un conjunto de toboganes y actividades para los niños.


Fue un recorrido con la historia contada del proyecto del grandioso jardín y sus monumentos.
Con este paseo terminó nuestra visita a Valencia, queda mucho por ver. Espero volver en otra ocasión.

Gablete: Remate a modo de frontón triangular, que suele verse en los edificios de estilo gótico.

sábado, 15 de agosto de 2015

UN DÍA EN ALICANTE

Desde Denia no podía pasar sin visitar un día Alicante, fue el lugar de nacimiento de mi madre, por eso mi ilusión de contemplarla.


Fue uno de los días de más calor de este verano. Compartía el viaje con mi familia.
Entramos por la Avenida de Denia, paralela a la costa, hasta llegar a la Plaza de Galicia, donde encontramos aparcamiento.


Atravesamos el Parque Canalejas, el más antiguo de Alicante. Sus grandes ficus, de más de veinte metros de altura, dan al lugar una buena sombra para pasear.


Paralelo a la costa, tiene agradables vistas al puerto deportivo. Da continuidad a la Explanada de España, por lo que, al final de su recorrido, nos encontramos en la más famosa avenida de Alicante.


Su mosaico ondulado está compuesto por teselas de tres colores: rojo, blanco y negro. Se construyó durante la primera mitad del siglo XX. Recuerdo que de niña, desde allí, le mandaron a mi madre una tesela de cada color.


Además el paseo cuenta con cuatro filas de palmeras en sus más de 500 metros de longitud.

Aquí era donde vivió mi madre en su juventud, en el solar ahora una casa de pisos. Me siento emocionada de encontrarme en este lugar en el que transcurrió parte de la vida de mi madre y que perteneció a mis bisabuelos.


En la Explanada se encuentran edificios emblemáticos como la casa Carbonell.


Pero sigamos nuestro recorrido, torcemos por la Rambla de Mendez Nuñez y después otra vez a la derecha para llegar al Ayuntamiento, palacio barroco del siglo XVIII.


Es el lugar donde se encuentra la placa que marca la cota cero sobre el nivel del mar, algo que oí toda la vida y me resultó curioso de ver.


La Plaza del Ayuntamiento es muy original con un espacio en que los chorros de agua saltan de manera desigual. Es muy refrescante y les encanta a los niños.


Después continuamos hasta la Basílica de Santa María, la construcción religiosa más antigua de Alicante, siglo XIV. Está edificada sobre los restos de una mezquita.


Tiene una preciosa portada barroca, la encontramos cerrada, no puedo ver el interior.


Continuamos por el Paseito de Ramiro hasta llegar a nuestro destino, el túnel de entrada al Castillo de Santa Barbara, frente a la playa del Postiguet. Túnel que nos lleva al ascensor.
El castillo está en el centro de la ciudad, en el monte Benacantil de 166 metros de altura. Es propiedad de los alicantinos desde 1929.


La imagen de la montaña desde la playa parece una cara, la llaman la "cara del moro" y es icono de la ciudad.
En sus laderas hay restos arqueológicos de la Edad de Bronce, ibéricos y romanos. Pero la fortaleza es del siglo IX, de la dominación musulmana.
Su nombre lo recibe del día de la festividad, 4 de diciembre de 1248, en que el futuro rey Alfonso X la tomó a los árabes.
Os muestro un dibujo de la subida al castillo que realicé hace muchos años, cuando estudiaba en la Escuela de Arte.


El castillo está dividido en tres recintos bien diferenciados.


En el más alto está la Torre del Homenaje, con los vestigios más antiguos unos basamentos de los siglos XI al XIII.


Las vistas de la ciudad son magníficas.


En el recinto intermedio está el amplio Patio de Armas, con el Cuerpo de Tropa. El recinto inferior, del siglo XVIII, hace las funciones de aparcamiento.


Nos recomiendan el restaurante que hay en el castillo y fue muy agradable la comida y sobre todo el trato recibido. Una comida, en la terraza a la sombra, con vistas impresionantes. No se puede pedir más.
Desandamos el camino hasta el coche y damos por terminada la visita, es unos de los días más calurosos del verano.


Durante la vuelta podemos observar la sierra de Aitana, cumbre de la provincia con 1558 metros de altitud.