lunes, 22 de mayo de 2017

CAMBRILS, VILLA MARINERA

Por fin me decidí a visitar Cambrils, me desplazo en el autobús y hago amistad con un matrimonio de Madrid con los que pasé toda la mañana.


Visitamos la zona del puerto pesquero, pues el pueblo como tal queda separado, aunque solo a un kilómetro.

Lo primero que se encuentra uno es con la Torre del Puerto, una torre de vigilancia del siglo XVII para defensa de los ataques piratas. A su alrededor se creó el barrio de la marina, entorno a la protección que ofrecía la torre, dotada de artillería.


















Seguimos por el Paseo de Miramar  y en la Plaza de las Sirenas hay un conjunto escultórico moderno, de la que forma parte este niño de la foto. Es en memoria de los pescadores y sus hijos.

Más adelante, antes de pasar a la zona del puerto, está el "Niño Pescador" en aptitud de vender el pescado.

Delante, en la rotonda de la carretera está otro monumento representando un vela que me gustó mucho.


Pero lo más bonito es el paseo por el dique, hasta el faro. Desde allí se tiene una preciosa vista del barrio de pescadores. El escenario idóneo para sacarnos algunas fotos de recuerdo.


Nos han recomendado la zona de las pescarías, corre paralela a la calle principal. Es increíble la cantidad de especies que podemos ver alineadas en los mostradores.
De vuelta hacia el autobús, terminamos nuestro paseo, sentándonos en una de las innumerables terrazas de los bares que llenan el paseo.
Hemos disfrutado una mañana espléndida de sol y de este villa tan acogedora.
La ultima tarde de mi viaje decido volver, esta vez con los amigos que he compartido la mesa a la hora de las comidas.











 Tenemos la suerte de llegar a la hora que desembarcan el pescado, otra experiencia que me llevo de recuerdo. Vemos como lo clasifican para la posterior venta. Charlamos con ellos y comentamos sobre los diferentes nombres del pescado según las zonas. Mi amiga es de Gijón y aunque está acostumbrado a verlo está encantada.

Este será el último recuerdo que tendré de este viaje, una tarde estupenda en la mejor compañía.

lunes, 15 de mayo de 2017

RUTA DEL MODERNISMO EN TARRAGONA

Desde mi anterior visita a Tarragona han editado un nuevo folleto de turismo, la "Ruta del Modernismo" http://www.tarragonaturisme.cat/sites/default/files/link/attachments/tgn-modernista-16-lr.pd
Es un motivo suficiente para desplazarme de nuevo desde Salou a la capital.
La mayoría de los edificios de la ruta se encuentran en la Rambla Nova, la arteria más importante de la ciudad, pero también hay otros diseminados por la ciudad, quizás el más alejado de la ruta sea la Quinta de San Rafael.


En 1912, cuando la construyó el barcelonés Juli María Fossas, estaba en los límites del perímetro urbano.

La casa tiene planta baja y un piso, con una torre poligonal en un lateral y otra torre posterior con un mirador. está cubierta de cerámica azul y blanca. También destaca el hierro forjado de ventanas y barandillas. Está en un jardín abierto al público que se diseñó como un jardín inglés, pero que no conserva nada de su antiguo estilo. El edificio está abandonado.
Paseando por la Rambla Nova se suceden los edificios modernistas.


El primero que veo es la Cámara Oficial de Comercio diseñado por Antoni Pujol Sevil, en 1929. De líneas muy clasicistas pero con algún elemento modernista.


El Colegio de las Teresianas inconfundible por su fachada de ladrillos y los arcos parabólicos de la puerta, fue diseñado por del discípulo de Gaudí, Bernardí Martorell i Puig.


Más abajo y haciendo esquina está la casa del arquitecto Ramón Salas i Ricomà, que en 1907 diseñó el mismo. Destacan los sillares almohadillados, dando una apariencia especial a los muros.

En la esquina un precioso mirador que nos indica cual era la planta principal. Los tres pisos presentan diferente decoración rematando la fachada con pináculos.


Hemos llegado al final de la Rambla y aquí tenemos otra muestra del modernismo, la Barandilla del Balcón del Mediterráneo. Diseñada por el anterior arquitecto, Ramón Salas, en 1889.

Una magnifica vista se abre a nuestros ojos: a la derecha el puerto, a la izquierda el anfiteatro y la playa del Miracle.


Dando la vuelta, en el otro lado de la calle, está la Casa Rosell de 1930, del arquitecto Francesc de Paula Morera Gatell. Aprovechando la esquina tiene una torre rematada por una cúpula.
El teatro Metropol también se encuentra en la Rambla, pero no tengo fotos. Ha sido restaurado por Josep Llinàs entre 1993-1998.


En el patio del Ayuntamiento están los resto de Jaime primero en una lujosa nave del arquitecto, encargada a  Lluís Domènech i Montaner en el año 1906. Está decorada con los símbolos del rey y cubierta por un dosel.


Otro edificio de la época es el Matadero que hoy  acoge las dependencias del Rectorado de la Universidad Rovira i Virgili.


Se realizó entre los años 1899 y 1901 siguiendo los planos de Josep María Pujol i de Barberà, alternando la piedra y el ladrillo en su decoración.


Por último el Mercado Central, se construyó en 1915 por el mismo arquitecto que el Matadero, tiene tres naves como  se aprecia en su fachada y en el interior usó el hierro para eliminar muros y proporcionar más luz.


Destacan las rejas que se ven en las cuatro puertas, las letras y las cubiertas de cerámica. Hace dos años, en mi anterior visita estaba siendo restaurado.



Hay algún punto más, pero estos son de los que os puedo hablar por haberlos visto, me quedé con ganas de ver la única obra de Gaudí en Tarragona, el llamado manifestador y el altar del Santuario de Nuestra Señora del Sagrado Corazón, el reducido horario de visitas me lo impidió.
La ruta bien merece un par de paseos si os gusta el modernismo. 

lunes, 8 de mayo de 2017

OTRA VEZ EN SALOU

Un nuevo viaje a la provincia de Tarragona, otra vez Salou en una Semana Santa con un tiempo veraniego, este año excepcional, dicho por sus propias gentes.


El hotel estupendo, me dan una habitación con una vista impresionante, tengo enfrente el mar Mediterraneo. El sol me acompaña todo el día.


La sobremesa me la paso sentada en la terraza, con el libro que no puede faltar en mi equipaje.
No voy a describir los sitios visitables de Salou, ya lo hice la vez anterior y lo podéis ver en el siguiente enlace http://estudiosadelarteviajeraempedernida.blogspot.com.es/2015/04/salou-tarragona.html


Esta vez conocí la parte izquierda de la costa, la que va hacia la Pineda, lo llaman Camino de Ronda. La dificultad está en que tiene muchas escaleras, por eso en algún tramo la hice por fuera.

Hay zonas arboladas muy bonitas y otras partes con caminos de arena.


Empieza en la Playa de Capellans, con un pinar en las dunas. Es la que tenía delante del hotel.
Se conocía antiguamente por la playa de las Antines y era donde se hacia la revisión de las mercancías que llegaban al puerto. En 1829 construyeron un lazareto para hacer cumplir la cuarentena a las personas que venían de zonas con epidemias.


Continua por la cala Llenguadest desde donde se pueden ver los búnker de la Guerra Civil. La zona tiene unos bancos dispuestos frente al mar. Un placer sentarse un rato a descansar mirando al mar.


El último tramo corresponde a la playa Llarga, una zona natural muy alejada del turismo del centro de Salou.
Caminé un poco más, hasta la cala conocida como Penya Tallada, zona rocosa que se adentra en el mar.


La vegetación típica de la costa colorea el camino, ofreciéndonos bellas imágenes en contraste con los reflejos marinos.
El camino alcanza la altura de 77 metros sobre el nivel del mar, con algunos tramos de pequeña dificultad, la mayor parte del recorrido es accesible para todo el mundo.
Alguna información la he obtenido de la página web del Patronato de Turismo.


De vuelta ya, de nuevo la imagen de la cala de Capellans con el hotel al fondo. Este no fue el único paseo por la zona, repetí más días aprovechando las estupendas tardes de que disfruté.